El conjunto monumental de las iglesias de Sant Pere es el resultado de una serie de transformaciones y construcciones arquitectónicas desde la época ibérica hasta la actualidad. Del conjunto destaca la arquitectura medieval de las tres iglesias que lo integran, que se edificaron cerca del emplazamiento de la antigua Egara romana (de la que aún se conservan restos).
La iglesia de Sant Pere es la más grande, tiene una sola nave con ábside trilobulado y transepto, y la cubierta es de bóveda de medio punto.
La de Sant Miquel tiene una planta cuadrada, donde se inscribe una cruz griega con nichos en los ángulos. Destaca por el cimborrio cubierto por una cúpula y sostenido por ocho columnas realizadas con fragmentos visigodos reaprovechados, con cuatro capiteles tardorromanos.
Finalmente, la de Santa Maria (siglo XII) tiene en su interior piezas artísticas relevantes, como las pinturas murales, a caballo entre el románico y el gótico, y tres retablos góticos de gran valor.
En todo el conjunto se combinan diferentes estilos artísticos, como el prerrománico, el románico, el gótico y el barroco, en forma de pinturas murales únicas en la historia del arte medieval, como las del ábside de San Pedro, San Miguel y Santa María, así como los diferentes retablos.
Se puede visitar de martes a sábado (10 a 13.30 h – 16 a 19 h); y los domingos (11 a 14 h).