Dalmática del terno de Sant Jordi, c. 1445-1450.
Barcelona, Palau de la Generalitat de Catalunya
capilla de Sant Jordi
© Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Fotògrafs: Calveras/Mérida/Sagristà
La dalmática del Terno de Sant Jordi, de belleza extraordinaria tanto en factura como en diseño, es un ejemplo del altísimo nivel técnico que alcanzaron los talleres barceloneses de bordado en el siglo XV.
Este arte suntuario gozó de alta consideración social, por encima incluso de la pintura de retablos, y se encuentra vinculado a la voluntad de las élites de prestigiarse a través de la adquisición de exquisitas obras de arte.
Una dalmática es una prenda de ropa con mangas anchas y abiertas que se colocaba por encima del alba y que utilizaban tanto el diácono como el subdiácono en las ceremonias religiosas. La dalmática de Sant Jordi formaba parte de un terno compuesto por cuatro piezas: una casulla, dos dalmáticas y una capa pluvial. Fue encargado para la Capilla del Palau de la Generalitat de Barcelona, junto a un frontal de altar dedicado al mismo santo. La ausencia de documentación sobre la autoría del terno, así como las remodelaciones sufridas a lo largo de los siglos de las distintas piezas, llevaron a interpretar el frontal y el terno como obras independientes. Sabemos que ambos fueron concebidos como una unidad, siguiendo los mismos patrones pictóricos e idéntica factura.
El conjunto, formado por diecisiete escenas, es uno de los ciclos más ambiciosos dedicados a Sant Jordi en la Corona de Aragón. El relato se inicia en el frontal, con la representación del santo luchando con el dragón para liberar a la princesa, imagen que se corresponde con exactitud a la que ocupaba el compartimento principal del retablo de la capilla. Por otro lado, las distintas prendas del terno incluyen, como en las calles laterales del retablo, la historia del martirio del santo. La imagen de los sacerdotes revestidos con los ropajes bordados, celebrando la misa ante el altar desde el que colgaba el frontal, debía evocar una especie de retablo en movimiento.
El frontal y el terno de Sant Jordi se confeccionaron con los mejores materiales, como el terciopelo rojo veneciano ricamente bordado con hilos de oro, de plata y de seda. Las figuras, los fondos arquitectónicos y el paisaje se realizaron con la técnica conocida como “pintura a la aguja”, en la que con minuciosas puntadas se consiguen imitar los mismos efectos y acabados de la pintura. Por este motivo, estos talleres precisaban también de la intervención de maestros pintores para la realización de los cartones previos, que servían de modelo para los bordados.
Pero, ¿quiénes habían sido los artífices de una obra tan extraordinaria?. Según consta en un documento del archivo de la Generalitat, el bordador Antoni Sadurní había recibido el encargo para la confección de un frontal para la capilla de la Generalitat, hacia 1450. Un año después la obra ya había sido acabada. La rapidez en su ejecución demostraría la importancia y prosperidad del taller del maestro bordador, originario de Montblanc y miembro destacado de una familia dedicada al oficio. Los talleres más prósperos contaban con la colaboración de expertos en los distintos oficios: pintores, orfebres, bordadores y bordadoras que sumaban esfuerzos para la óptima realización de los encargos más exigentes. Para el diseño de un encargo tan singular fue necesario contratar al mejor de los artistas: Bernat Martorell. Maestro de grandes retablos y miniaturista, realizaba igualmente modelos pictóricos para bordados de indumentaria litúrgica y para vidrieras. La mano del maestro parece indiscutible si comparamos el frontal y terno de Sant Jordi con el retablo del mismo santo que Martorell realizó años atrás.
Autor | Antoni Sadurní i taller (bordado); Bernat Martorell (modelo pictórico) |
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Título | Dalmática del terno de sant Jordi |
Datado | c. 1445-1450 |
Clasificación genérica | Bordado |
Material / Técnica | Bordado, hilo de oro, metálico y de seda |
Dimensiones | 118 cm |
Obra conservada en | Barcelona, Palacio de la Generalitat |