Catalunya 1400

El gótico internacional

Exposición del 29 de marzo al 15 de julio de 2012

El mecenazgo de una reina

Bernat Daries. Cáliz de María de Luna

entre 1396 i 1406.
© Museu Nacional d’Art de Catalunya
Barcelona
Fotògrafs: Calveras/Mérida/Sagristà

Lujo y refinamiento en la corte de la reina

María de Luna era hija de una noble familia de Aragón muy vinculada al rey Pere III el Ceremonioso. Este hecho propició el enlace matrimonial entre dos de los hijos de ambas familias: María y el futuro rey Martí l’Humà. Así fue como a la temprana edad de ocho años, María se trasladó a la corte de Barcelona, en la que sería convenientemente educada hasta la fecha de su matrimonio con el infante, el 13 de junio de 1372.
Elegante por naturaleza, muy devota y con gran formación intelectual, tuvo un papel activo en el gobierno de la Corona. De hecho, el monarca supo reconocer sus capacidades al nombrarla lugarteniente. En sintonía con otras cortes europeas la corte catalana se llenó de música. La propia reina María tenía músicos adscritos a su Cámara. Aficionada a la lectura, poseía una gran biblioteca en la que ejemplares de temática religiosa, alternaban con autores clásicos y libros de caballería. Una corte lujosa para una reina refinada: a la reina le gustaba aparecer en público ricamente ataviada y a la moda, así como con suntuosas joyas entre las que prefería los broches y las perlas. Su exquisitez era igualmente visible en la pompa de sus banquetes, en los que abundantes manjares eran dispuestos sobre manteles de hilo de Vilafranca, delicados encajes o vajillas de oro y de plata, ornamentadas con esmaltes y piedras preciosas, de las que la reina tenía una de las más ricas colecciones por herencia materna.
Su cámara privada estaba repleta de tapices de Flandes, sedas, cortinas de terciopelo bordado con hilos de oro y de plata, arcones de cuero, un espléndido aparador y un gran abanico de plumas de pavo real para mitigar el calor durante las largas jornadas estivales. Amante de las plantas y de los animales, la reina tenía en su vergel, aves exóticas y fieras salvajes entre limoneros, jazmines, cerezos y rosales.

La orfebrería suntuaria

El cáliz de María de Luna es una buena muestra del arte suntuario que los talleres de plateros de la Corona de Aragón realizaron en los últimos años del siglo XIV y la primeras décadas del XV. Su clientela exclusiva y refinada adquirió numerosas piezas de orfebrería no sólo para satisfacer su deseo de lujo, sino también por su valor como inversión. Una excelente fuente de financiación de la época era empeñar o vender objetos de metales nobles y pedrería. Objetos que frecuentemente se encontraban formando parte de ricos patrimonios constituidos a partir de herencias, compras personales o donaciones. En este sentido los libros de tesorería real dan fe del número de piezas de orfebrería que el rey Martí l’Humà tuvo que empeñar para pagar las exequias de la reina María.

La capilla de la Reina y el cáliz de plata dorada

El cáliz de plata dorada es la única pieza conocida, en la actualidad, de los muchos objetos que podían haber formado parte del ajuar suntuario de la reina. La heráldica de María de Luna, formada por las barras reales y la luna menguante de su linaje, es bien visible en los seis cabujones del cáliz, lo que confirma que fue un encargo personal de la misma. Pese a ello no podemos confirmar si se trata de una pieza de uso privado o de una ofrenda que la reina bien pudiese haber hecho a alguna iglesia a su amparo.
La mayoría de las piezas de orfebrería de los siglos XIV y XV presentaban marcas de garantía de la ley del metal, denominadas punzón o contrastes. La presencia, en uno de los lóbulos del pie del cáliz, de las letras VALEN en el interior de un rectángulo coronado, demuestran el origen valenciano de la pieza. Puesto que la reina hizo remunerar, en 1403, a Bernat Dàries, uno de los más destacados orfebres y esmaltadores de la ciudad de Valencia por la realización de diversos encargos, muchos autores han vinculado el cáliz con este maestro como artífice del mismo.
Aunque la pieza no deja de parecer tradicional en cuanto a tipología, técnica y ornamentación, cuenta con un elemento singular: la representación por separado, en tres esmaltes translúcidos de los protagonistas del Calvario: la Virgen, Cristo Crucificado y San Juan Evangelista, personajes que, habitualmente, encontramos reunidos en una única escena.

Ficha Obra
Autor Bernat Daries
Título Cáliz de María de Luna
Datado c. 1357-1406
Clasificación genérica Orfebrería litúrgica
Material / Técnica Plata dorada, repujada, cincelada y burilada, con aplicación de elementos de fundición y esmaltes translúcidos
Dimensiones 20, 3 x 15,9 x 16,4 cm
Obra conservada en Barcelona, Museu Nacional d’Art de Catalunya