La catedral de Barcelona, está dedicada a la Santa Cruz y a Santa Eulalia, patrona de Barcelona. Desde la plaza de la Seo vemos la parte más moderna, la fachada (finales siglo XIX) con estilo neogótico construida por Josep Oriol Mestres y Augusto Font según unos dibujos del siglo XV. Está muy ornamentada, con gárgolas, un esmerado trabajo en piedra y un cimborrio.
El resto del edificio se inició a finales del siglo XIII, durante el románico, pero se acabó en el siglo XV y el estilo que predomina es el gótico. El exterior, a parte de la fachada, es sobrio, sin más ornamentación que los contrafuertes verticales y las torres octogonales.
En el interior vemos tres grandes naves de casi la misma altura, que destacan por la amplitud y altura gracias a los esbeltos pilares, característica del gótico catalán. La catedral es una de las pocas iglesias que no fue asaltada por los anarquistas durante la Guerra Civil, de manera que gran parte de la decoración interior es la original.
Son interesantes la cripta de Santa Eulalia y la capilla de Santa Lucía. Hay un ascensor que sube al tejado de la catedral, desde donde tenemos una excelente vista de las callejuelas que forman el barrio Gótico.
La puerta de San Ivo, buena muestra del gótico catalán, da acceso al claustro, un lugar agradable con árboles donde hay un lago con trece ocas que simbolizan la edad de santa Eulalia cuando sufrió martirio y fue ejecutada por profesar la fe cristiana.
En el centro del jardín está la figura de Sant Jordi y un surtidor de agua, donde durante la celebración del Corpus se practica la antigua tradición ‘l’ou com balla’ –el huevo como baila, que consiste en situar un huevo sobre el surtidor y ver como baila movido por el agua.
Se puede visitar de lunes a sábado y vigilias de festivos (13 a 17 h), y los festivos (14 a 17 h).